Por: Joel Hernández.

Un líder es la persona que forma parte de un colectivo, ya sea laboral, social, entre otros, e influye en él para lograr una meta en conjunto.  Alcanzar el estatus de líder, además de nuevas responsabilidades, lleva consigo ciertos requisitos a cumplir: la voluntad de querer ser líder mediante la empatía, la libertad a la hora de elegir objetivos asertivos, y la inteligencia para elegir las mejores rutas de acción.

 

Existen múltiples tipos y clasificaciones de liderazgo. Sin embargo, algunos estilos destacan por su impacto en el desarrollo de los equipos:

  • Liderazgo Autocrático: Como su nombre lo indica, son aquellos donde la figura del líder tiene el poder absoluto sobre el colectivo, los colaboradores no cuentan con oportunidades de aportar, incluso si sus aportaciones son para el bien colectivo.
     
  • Liderazgo Burocrático: Los líderes burocráticos siguen las reglas rigurosamente y se aseguran que el resto del colectivo hagan sus deberes de manera precisa. Es muy apropiado para trabajar cuando existen serios riesgos de seguridad (como trabajar con maquinaria, sustancias tóxicas, o peso peligroso).
  • Liderazgo Democrático: Como el nombre lo sugiere, el líder democrático invita al colectivo a contribuir en el proceso de toma de decisiones. Repercutiendo en el ánimo del colectivo, además los miembros del colectivo se sienten identificados con su labor, lo que no solo aumenta la  satisfacción por el trabajo sino que promueve el desarrollo de habilidades.
  • Liderazgo Laissez-faire: En francés significa “déjalo ser” y es utilizado para referirse a líderes que dejan a sus miembros de equipo trabajar por su cuenta. A menudo el liderazgo laissez-faire es efectivo cuando los individuos tienen mucha experiencia e iniciativa propia.
  • Liderazgo Transformacional: Se refiere a los líderes que inspiran a su equipo de forma permanente, y le transmiten su entusiasmo al equipo. A su vez estos líderes necesitan sentirse apoyados solo por ciertos colaboradores.

En conclusión, el liderazgo no se limita a la capacidad de dirigir, sino que representa un compromiso con el desarrollo del colectivo y con la construcción de objetivos compartidos. Cada estilo de liderazgo tiene su pertinencia según el contexto, pero el verdadero reto de un líder es adaptarse a las necesidades de su equipo y del entorno. En un mundo en constante transformación, los líderes que logran inspirar, escuchar y guiar con visión de futuro son quienes marcan la diferencia en cualquier organización o comunidad.

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