Crisis y reputación: cómo (no) comunicar en momentos difíciles

mayo 7, 2025

En el ecosistema empresarial, una crisis no es cuestión de “si sucede”, sino de “cuándo y cómo será gestionada”. Desde despidos masivos hasta denuncias o errores operativos, las organizaciones enfrentan momentos donde su capacidad de comunicar define la diferencia entre el daño y la recuperación reputacional.

Lo que debería ser una estrategia basada en la transparencia, con frecuencia se convierte en silencio, comunicados ambiguos o respuestas tardías. Casos recientes muestran empresas que prefieren callar o emitir frases vacías ante situaciones que afectan directamente a trabajadores, consumidores o al entorno social.

Uno de los errores más comunes es minimizar la crisis, frases como “esto no refleja nuestros valores” o “lamentamos lo ocurrido” suenan desconectadas si no van acompañadas de acciones concretas. También es un desacierto posponer la comunicación, pues el vacío informativo lo llenan los rumores, las redes sociales y la indignación pública. Además, es habitual ver comunicados rígidos, sin un rostro humano, que niegan o diluyen responsabilidades, en algunos casos, las empresas incluso culpan a empleados individuales, deslindándose institucionalmente.

Por el contrario, lo que una buena gestión implica es asumir responsabilidad con claridad, hablar con empatía y presentar un plan de acción concreto. No basta con decir lo que ocurrió; es fundamental explicar qué se hará para remediarlo y evitar su repetición, el liderazgo visible también es clave: cuando la dirección da la cara, en lugar de esconderse tras un departamento de comunicación, transmite mayor integridad.

Las crisis bien gestionadas pueden fortalecer la reputación a largo plazo, una organización que reconoce errores y actúa con transparencia puede generar más confianza que una que evita conflictos públicamente. El problema es que muchos aún temen que la comunicación clara sea un signo de debilidad, cuando en realidad es señal de madurez organizacional.

En este contexto, la información circula sin freno, lo que se diga —o no— en una crisis puede definir la credibilidad de una empresa por años. Porque en comunicación, callar también comunica.

 


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