¿Producto o servicio?
Elige tu arma para triunfar en la guerra empresarial
Por: Aarón Vázquez.
En la batalla por el éxito en el mundo empresarial, es determinante elegir las estrategias adecuadas. Al igual que en un combate, donde la elección del arma correcta puede marcar la diferencia, en el mundo de los negocios debemos tomar decisiones clave entre utilizar un producto o un servicio para alcanzar nuestros objetivos. En este artículo, exploraremos las diferencias fundamentales entre ambos enfoques y cómo pueden ser utilizados como armas efectivas para triunfar en esta guerra empresarial.
Antes de entrar de lleno al tema, será necesario aclarar que es comúnmente aceptado que las necesidades pueden ser satisfechas tanto a través de objetos tangibles como a través de servicios. Sin embargo, existe una distinción precisa entre un producto y un servicio así que estableceremos una norma general para utilizar un lenguaje universalmente aceptado en el mundo empresarial al referirnos a productos y servicios. Esta norma consiste en afirmar de manera clara que cuando usamos la palabra “producto”, nos estamos refiriendo tanto a productos físicos como a servicios. Al utilizar el término “producto”, abarcamos ambas posibilidades, que son consideradas idénticas en términos de interés de generar beneficios económicos, aunque presentan diferencias técnicas individuales. Las vamos a explorar ahora mismo.
El Producto: El poder de lo tangible
Un producto es el objeto físico que una empresa comercializa para establecer un vínculo directo con el público. Se caracteriza por su presencia tangible, con dimensiones definidas y verificables. Cada detalle cuenta: color, textura, luminosidad, consistencia, masa, volumen, peso, longitud. Un producto es tridimensional y puede ser percibido a través de nuestros sentidos. Puede ser visto, tocado, saboreado, escuchado. Ocupa un espacio físico y su durabilidad es indeterminada. Al adquirir un producto, su propiedad (o sea, cambiar de dueño) puede ser transmitida directamente. Sin embargo, para potenciar su comercialización, es fundamental contar con servicios complementarios como la atención al cliente, el proceso de venta, la transferencia de derechos de propiedad, el cobro y la entrega de dinero.
Ejemplo 1. Un teléfono móvil, es un producto tangible que se puede ver, tocar y utilizar. Tiene un diseño específico, un tamaño y un peso determinados, cuenta con características como una pantalla, botones, capacidad de realizar llamadas y acceder a internet. Para adquirirlo, es necesario recibir servicios adicionales, como la atención del personal de ventas, el proceso de compra y el pago correspondiente. Puede cambiar de dueño de modo muy sencillo.
Ejemplo 2. Un automóvil, es otro ejemplo de un producto tangible. Se trata de un vehículo con características físicas concretas, como su diseño, tamaño, peso, capacidad de pasajeros, motor, etc. Al comprar un automóvil, se adquiere la propiedad física del vehículo, pero también se necesitan servicios adicionales, como el financiamiento, el seguro, el mantenimiento y las reparaciones.
El Servicio: La destreza intangible
Un servicio es otro tipo de “arma” en el arsenal empresarial. A diferencia de un producto, no es identificable de forma física. Es intangible y carece de características palpables. Su valor reside en la experiencia, conocimiento o habilidad que se brinda al cliente. Aunque no puede ser experimentado a través de los sentidos de la misma manera que un producto, su impacto puede ser significativo. Los servicios tienen una duración precisa y limitada en el tiempo. A menudo, la prestación de servicios requiere el uso de elementos físicos, como instalaciones, suministros de papelería, limpieza, seguridad, oficinas, muebles, transporte, entre otros, pero estos elementos no son comercializados directamente. Tiene como característica especial, que no se puede transmitir su propiedad y no se puede almacenar ni conservar en el tiempo, se agota de manera inmediata con su uso o aprovechamiento.
Ejemplo 1. Un servicio de consultoría empresarial, es un ejemplo de un servicio intangible. Consiste en el asesoramiento y la experiencia proporcionada por un consultor especializado en ayudar a mejorar la eficiencia y la estrategia de una empresa. Aunque no se pueda poseer físicamente, el valor del servicio radica en el conocimiento y las recomendaciones que se brindan al cliente, lo cual puede generar un impacto significativo en el negocio.
Ejemplo 2. Un servicio de transporte de carga, este servicio implica el traslado de mercancías de un lugar a otro. Aunque las mercancías son productos tangibles, el servicio en sí es intangible. Se requieren elementos físicos como vehículos y almacenes para llevar a cabo el transporte, pero el valor principal radica en la habilidad y la eficiencia del servicio de transporte en sí, así como en la entrega segura y puntual de las mercancías.
Para finalizar, la distinción entre un producto y un servicio radica en su naturaleza tangible e intangible, respectivamente. Un producto se caracteriza por su presencia física, dimensiones definidas y verificables, así como por sus atributos sensoriales y la capacidad de ser poseído directamente. Por otro lado, un servicio carece de una forma física y se basa en la experiencia, el conocimiento o la habilidad proporcionada al cliente. En última instancia, el éxito en el mundo empresarial radica en aprovechar tanto los productos como los servicios de manera estratégica. Combinarlos de manera efectiva puede ser el secreto para alcanzar la victoria en la guerra comercial, ofreciendo a los clientes soluciones completas y sobresaliendo en un entorno altamente competitivo.
¡Así que elige tu arma sabiamente, ya sea un producto poderoso y tangible o un servicio estratégico e intangible! Ambos desempeñan un papel esencial en la conquista de los mercados y el logro del éxito empresarial.
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